Esta es una historia que no quiere ser historia. Es un poema que no puede ser un poema. Tan débil y tan frágil. Las lágrimas están por todas partes. Allí donde existe la opresión, allí donde la libertad se corta de cuajo, allí donde unos pocos se enriquecen…allí…allí…aquí…
Pero no puedo empezar.
Tan sólo me pregunto ¿por qué?
Esta sangre fría me hiela la mirada y me quedo de piedra como una estatua, ajena a los sentimientos con una venda que no quiero quitarme.
¿Y es una historia?
Mas no pasa nada.
¿Quien es el protagonista.?
¿Eres tú?
¿soy yo?
Y aquí estamos los dos frente a frente,
y en tu mirada el llanto por la vida
y en mi mirada el llanto por tu amor.
Y voy a buscar el hilo conductor. La curva en la que después del llanto pase algo. O quizás la curva es el llanto. No hay nada mas que llanto.
Pero todo está tan lejos. Tan solo noticias que pasan día tras día. Y se quedan tras el televisor. Se quedan en los periódicos que se reciclan y tornan de nuevo con mas noticias y con mas llantos…
Todo una película. Y la mirada de ese niño que está tan lejos. Y muertos y más muertos. Y la muerte acecha el planeta. y siguen matando, asesinando en nombre de la muerte .
Esta historia no tiene curva, es una espiral en la que siempre se repite lo mismo: la muerte… el hombre… las bombas… la muerte
Y allá van. Allá vamos: “Los salvadores” . todo da vueltas. La muerte omnipresente acechando en todas las direcciones.
La guerra por el Poder , el poder de la Guerra.
No insisto. No hay protagonista en esta historia mas que la muerte. No hay curva, ni principio ni final, una espiral interminable en la que la benevolente muerte arrasa con su atrocidad.