sábado, 2 de mayo de 2009
viernes, 23 de enero de 2009
¡OH PALESTINA!
¡Es el color de esta sangre inocente derramada
por la fiebre de ese oro inexistente!
PERDÓN
Son esas lágrimas perdidas
que aterrizan en el corazón de la juventud
que yace convertida en las cenizas de un pueblo.
Son los brazos de ese niño que llora
mientras mira el cañón
en las cuencas de un otoño
que llegó antes de tiempo.
¡Oh Palestina!
A golpes quieren atravesar tu vientre,
volver tu mirada.
¡Oh Palestina!
El agua llegará a tiempo
para lavar las ruinas de tu solitario pecho.
¡Oh Palestina!
El viento volará el odio
que puebla el corazón de la miseria
¿Quién se llevará el plomo
que acumularon los siglos?
¡Oh Palestina!
por la fiebre de ese oro inexistente!
PERDÓN
Son esas lágrimas perdidas
que aterrizan en el corazón de la juventud
que yace convertida en las cenizas de un pueblo.
Son los brazos de ese niño que llora
mientras mira el cañón
en las cuencas de un otoño
que llegó antes de tiempo.
¡Oh Palestina!
A golpes quieren atravesar tu vientre,
volver tu mirada.
¡Oh Palestina!
El agua llegará a tiempo
para lavar las ruinas de tu solitario pecho.
¡Oh Palestina!
El viento volará el odio
que puebla el corazón de la miseria
¿Quién se llevará el plomo
que acumularon los siglos?
¡Oh Palestina!
miércoles, 21 de enero de 2009
UN BOCETO POR CONCATENAR
A Tomás Ausín Sánchez y
Carmen Turnes Abelenda
Carmen Turnes Abelenda
Ya vienen las palabras,
corren sin pausas,
ni cortes, ni giros…ni rimas
y la vida penetra en las venas
para resurgir con la marca del poema.
Por que yo lo quiero.
Por que así lo llamo.
Y se desprenden mil estrellas
tan solo pensando en ti
tan solo pensando en ella.
Con el amago de escribir.
corren sin pausas,
ni cortes, ni giros…ni rimas
y la vida penetra en las venas
para resurgir con la marca del poema.
Por que yo lo quiero.
Por que así lo llamo.
Y se desprenden mil estrellas
tan solo pensando en ti
tan solo pensando en ella.
Con el amago de escribir.
Un boceto por concatenar.
Del libro “En la frontera de tu cuerpo”
domingo, 11 de enero de 2009
PRIMERO VINIERON
BERTOLT BRECHT
Primero vinieron a por los comunistas,
y yo no dije nada por que yo no era un comunista.
Luego se llevaron a los judíos,
y no dije nada porque yo no era un judío.
Luego vinieron por los obreros,
y no dije nada porque no era ni obrero ni sindicalista.
Luego se metieron con los católicos,
y no dije nada porque yo era protestante.
Y cuando finalmente vinieron por mí,no quedaba nadie para protestar
Primero vinieron a por los comunistas,
y yo no dije nada por que yo no era un comunista.
Luego se llevaron a los judíos,
y no dije nada porque yo no era un judío.
Luego vinieron por los obreros,
y no dije nada porque no era ni obrero ni sindicalista.
Luego se metieron con los católicos,
y no dije nada porque yo era protestante.
Y cuando finalmente vinieron por mí,no quedaba nadie para protestar
viernes, 9 de enero de 2009
KOSTAS KAMAKI RECITAL
PRÓXIMO RECITAL DE
KOSTAS KAMAKI
VIERNES 6 DE FEBRERO DE 2009
CALLE ESPERANZA Nº 8
AICHA
LOS AMIGOS
Recordar la belleza,
intuir los guiños y abrazarnos.
para tenernos y pensarnos.
Mientras pasó
como siempre, muy rápido,
y después, el vacío.
El recuerdo de un Amor,
un recuerdo en compañía,
y un camino por delante.
¿Y los amigos…?
ahí están;
compartiendo las risas,
compartiendo la vida.
intuir los guiños y abrazarnos.
para tenernos y pensarnos.
Mientras pasó
como siempre, muy rápido,
y después, el vacío.
El recuerdo de un Amor,
un recuerdo en compañía,
y un camino por delante.
¿Y los amigos…?
ahí están;
compartiendo las risas,
compartiendo la vida.
Del libro En la frontera de tu cuerpo
LA BOLA DE CRISTAL
A Carmen Turnes Abelenda
El arrebato de las palabras
me atrapa en una bola de cristal
como una mañana de invierno
cuando me inunda en su manto de nieve.
Mano a mano vivo entre ellas,
y junto a ellas, alivio mi sed.
Tras el cristal, me adivino rodando
como una bola de nieve
que quiere jugar a los bolos
y me atrapa con su querer.
Entonces me dejo llevar
por el vaivén de los vientos.
para arribar al azul de su morada.
me atrapa en una bola de cristal
como una mañana de invierno
cuando me inunda en su manto de nieve.
Mano a mano vivo entre ellas,
y junto a ellas, alivio mi sed.
Tras el cristal, me adivino rodando
como una bola de nieve
que quiere jugar a los bolos
y me atrapa con su querer.
Entonces me dejo llevar
por el vaivén de los vientos.
para arribar al azul de su morada.
Del libro En la frontera de tu cuerpo
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