viernes, 10 de agosto de 2007

A MI PADRE


Tantos libros y tantas fotos
desde entonces hasta ahora
y entre los recuerdos, el porvenir.

Por las tardes, en verano
paseábamos hasta el río;
me enseñabas a nadar
y a guardar la ropa,
a mirar sin miedo.

Por las mañanas
un paseo en bicicleta hasta la plaza.
Y me enseñabas a subir, a bajar
a mirar sin miedo.
Una mano para todo,
una mano con firmeza
y con todos
aprendí a soñar.
Del libro "En la frontera de tu cuerpo"

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